miércoles, septiembre 12, 2012

EPIFANÍAS

(Compartiendo con ustedes, mi vida)

                                                                        a mi nieto Homero
y llegarás así
como el abrigo tibio en la palabra
en el cama grande,
cabedora,
donde dormimos siempre
                    en muchedumbre
tu madre y yo,
tu madre loba de ojos verdes
                   corazón de clown
                   esponjado en la distancia
vendrás al circo
de la vida
                   este paso es necesario
                   para armar el día
                   desde la soledad

Y en tí la veré crecer nuevamente
llevandote también
en mi vientre de noche
en mis brazos de día
en mis poemas nocturnos
arrebujados
en leche cuajada y nectarinas...

Y en tí
se cumplirán de a poco
                     o no
las conjeturas
y volveremos a darnos
entre miradas cómplices
más vidas para el amor terreno
                   es difícil ahora que lo entiendas

Homero
diré en tu nombre
el sonido de los siglos
para quien nace
curando mi ceguera...

Te sueño
incubando el día entero esta esperanza
en la ruta migratoria de mágicas cigüeñas...
desde la calle subterránea de la vida
a tí
mi ángel.


Sandra López Paz (del libro : PARTES DE MÍ Y OTRAS CALLES)


POSTDATA

(Compartiendo con ustedes, mi vida)



Y he decidido
que los ecos me lastimen.
Cerrar la puerta infernal
de las palabras
y dejar
gobernar al silencio.
Permitir, acceder, declinar
a tu razón
en la que has envuelto mis recuerdos
tu lógica pertinaz
                sin corazón por cierto
 tus argumentos fríos
tus sentencias medievales
                las espinas los páramos los eclipses
tus territorios resquebrajados
los salitrales extensos de tu sombra
la ausencia...para qué más....

Hay lágrimas de mí
que te circundan
que te hablan
que te dicen adiós
para siempre...

Volveré como siempre
a mi poema, al nido vital
al ojo del viento
a buscarme allí o resucitarme
                           ¡en algo que no sea
                            tan frágil
                            mi dios, eso te pido!
ahora que viene el tiempo
de las hojas maduras
                la edad dorada en los ojos
                la blandura de la tarde
                y en ese lamento
buscando mi utopía en el hombre
                   y cada vez que lo digo
                   lluvia  e insensatez
                   porque te extraño!
retomándome en la historia
de las cosas
dibujando ese rostro
que fue salvado un día...

Hay lágrimas afuera
estampadas en la lluvia
sin refugio, sin bandera
replegadas en tristezas...

El pájaro
abandona el desierto,
cansado...

Sandra López Paz(del libro: "Variaciones del ego")



DESDE LA PENUMBRA HACIA LA LUZ*




Hay un deber para con la poesía: escribir y darse por completo.  Nieves lo cumple acabadamente.
Cómo comienza un poeta a dilucidarse entre las voces poéticas de su tierra, que la circundan y que la fundan. Cómo despega una escritora hacia ese lugar incómodo de la verdad poética,  en la metamorfosis de la palabra, a participar del lenguaje más alto y lírico. Cómo  escribir ese mensaje hacia  el entorno,  y  revivirlo día a día, para que la obra no sea luego un papel amarillo, desteñido por el tiempo.
Nieves Teresita Maldonado, a quien hace menos de una año tuve el agrado de presentar su primer libro, Plumas y Esencia, en esta misma casa de estudios, la misma mujer,  en cuerpo y alma, tiene algunas dudas para ese derrotero de poeta.
La poesía de Nieves,  se manifiesta hoy,  tanto en producción como en calidad de escritura, en constante ebullición. La transformación  de la palabra  y la metáfora es vertiginosa, y  expone un  desarrollo constante hacia el  cauce de la expresión. Es una obra que está llena de figuras y recursos literarios, además de símbolos astrales y mitológicos: el cielo, la tierra, el águila, la rueda de la vida, la nada, la muerte, el molino de viento,  y todo ello plasmado en un discurso suspendido entre los hemisferios míticos más  referidos por el hombre.

Angustioso trepidar de silencios
que arrugan las noches blancas,
están llegando a programar matices
del Alba negra que habita el día.
Universo caótico de partículas somnolientas,
movimiento  intenso de sombras inertes,
que  soslayan Existencia en la Existencia de la Nada,
grillos  mudos que arrullan mi descanso…
Es el amanecer del tiempo absurdo,
en este laberinto empobrecido de la Vida.
Las ricas miserias de la noche me acompañan
en éste adormecer  negro de traiciones…
Luz clara, Luz blanca, Luz cero, luz mil,
te llegas desangrando amaneciendo el día.-
                                                        (Absurdo)

Puntos suspensivos, como un signo inequívoco de esa letanía de la escritora.
Andrè Bretòn, en su manifiesto surrealista dijo “que se atrevan a vivir de la poesía” a vivir en la revelación de las cosas, en la conciencia de su naturaleza abismal, con la sinceridad salvaje que la auténtica poesía implica.

Nieves hace de ese enunciado la brújula del significado de los versos entrelazados en su caótico adentro, en búsqueda de esa exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.

Esta nueva escritora, despegada ya de la disquisición literaria en la escena filosófica y metafísica del ser y el ensoñar, de Plumas y Esencia,  crea su obra poética desde el escritorio de un ser mundano y humano: desengañada, asfixiada de amor y dolor, contraída al grito abismal del abandono, de la penumbra del mundo.

Nieves, rodeada de una asombrosa biblioteca vanguardista, entre los que figuran, Girondo, Neuda, Octavio Paz, Vallejos, García Lorca, león Felipe, Huidobro (con cuyas palabras abre el capítulo Enigmas),  ha dejado los epítetos, la retórica superficial de la escritura, para adentrarse y apropiarse de  metáforas, metonimias, más la polimetría de sus versos que  enfocan un nuevo orden en su escritura más madura, profana, vital, caracterizada  no sólo por la variedad de temas relacionados con ideas y conflictos del hombre de este tiempo, o, en todo caso, de la mujer e este tiempo.

La lógica ha sido superada por la ironía, la exactitud por la deriva, la certeza por el silencio necesario.
Los lectores, que leímos en “Plumas y esencia” a una mujer eligiendo un mundo para salir a la luz, desde un lugar más confesional que literario, participaremos, en este nuevo hijo “Enigmas entre el cielo y la tierra”, de un estratégico viaje pensado desde la literatura personal de Nieves, sus aprendizajes, sus girondeadas noches, sus almohadas insomnes, sus heráldicos sueños que la arrancan hacia el mundo profundo del más inacabado dolor.
Una mujer escritora que subió al barco de las vanguardias, exigiéndose la elevación a la luz de la palabra – gatillo, por los callejones del dolor y la miseria.

"Blanco de ausencia, blanco de poesía, blanco de nada…
El poeta está mudo y sus dedos agarrotados,
sus músculos en pereza intensa,
mientras el blanco se ríe de sus alas cortadas.
 ¿Qué le han hecho al desolado y mustio poeta?
Ya no sueña ni ensueña…
Replegada su esencia al vacío existencial.
Ni  absurdos, ni vanguardias salen de sus manos."
                                                           (Blanco)

El miedo a la poesía no forma parte del carácter de esta escritora, al extremo testimonio del ser que ella exige, la sumisión a toda clase de cálculos y conformismos acaba, tarde o temprano por aparecer al desnudo.
Nieves, al final de todo, promete que hay palabras en el cielo, otros heraldos de luz, puertos adonde es posible decir amor ...y despertar.


SANDRA LÓPEZ PAZ

*PALABRAS PARA LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "ENIGMAS ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA", DE NIEVES TERESITA MALDONADO, EN SANTIAGO DEL ESTERO, EL 29 DE MARZO DE 2012

BESOS

(Compartiendo con ustedes, mi vida)

 
    I

Recuerda el  espacio entre nosotros.
Fue un disparo en el día
           en la calle endulzada de tus pasos
la pared caliente incontenida...
Fue nuestro beso un rosario
lleno de maldiciones
un pergerinar a la guerra
               alistarnos para el mal sagrado...

                     II
Recuerda que marqué mi lugar
como las fieras
no cedí tan pronta
             a pesar del hambre.
Abrazabas tu guitarra, como yo mis papeles.
Un puente atrás con voces descolgadas,
la marea disolviendo el mundo,
la risa desgranándose
                    como la vida
las fauces líquidas calientes
esperando...
Y tus ojos vinieron a mi piel
y volví a ser de carne entre las piedras
Y quise
            sólo por ellos
 darte mi ley
 hacerte mi labriego de los días.

          III
Nada para nombrar,
entonces,
del afuera.
Los besos han quedado impregnados
como el dolor y el tiempo...
inacabados.

         IV
Han sido eso
lo interminable de los días.
Las palabras que ha devorado la noche.
Han sido eso.
Toda la ausencia despierta.

           V
Los besos han dejado
de soñarme...

Sandra López Paz (del libro Nombrar los nombres)

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