Hay un deber para con la poesía: escribir y darse por completo. Nieves lo cumple acabadamente.
Cómo
comienza un poeta a dilucidarse entre las voces poéticas de su tierra,
que la circundan y que la fundan. Cómo despega una escritora hacia ese
lugar incómodo de la verdad poética, en la metamorfosis de la palabra, a
participar del lenguaje más alto y lírico. Cómo escribir ese mensaje
hacia el entorno, y revivirlo día a día, para que la obra no sea
luego un papel amarillo, desteñido por el tiempo.
Nieves Teresita
Maldonado, a quien hace menos de una año tuve el agrado de presentar su
primer libro, Plumas y Esencia, en esta misma casa de estudios, la misma
mujer, en cuerpo y alma, tiene algunas dudas para ese derrotero de
poeta.
La poesía de Nieves, se manifiesta hoy, tanto en
producción como en calidad de escritura, en constante ebullición. La
transformación de la palabra y la metáfora es vertiginosa, y expone
un desarrollo constante hacia el cauce de la expresión. Es una obra
que está llena de figuras y recursos literarios, además de símbolos
astrales y mitológicos: el cielo, la tierra, el águila, la rueda de la
vida, la nada, la muerte, el molino de viento, y todo ello plasmado en
un discurso suspendido entre los hemisferios míticos más referidos por
el hombre.
Angustioso trepidar de silencios
que arrugan las noches blancas,
están llegando a programar matices
del Alba negra que habita el día.
Universo caótico de partículas somnolientas,
movimiento intenso de sombras inertes,
que soslayan Existencia en la Existencia de la Nada,
grillos mudos que arrullan mi descanso…
Es el amanecer del tiempo absurdo,
en este laberinto empobrecido de la Vida.
Las ricas miserias de la noche me acompañan
en éste adormecer negro de traiciones…
Luz clara, Luz blanca, Luz cero, luz mil,
te llegas desangrando amaneciendo el día.-
(Absurdo)
Puntos suspensivos, como un signo inequívoco de esa letanía de la escritora.
Andrè
Bretòn, en su manifiesto surrealista dijo “que se atrevan a vivir de la
poesía” a vivir en la revelación de las cosas, en la conciencia de su
naturaleza abismal, con la sinceridad salvaje que la auténtica poesía
implica.
Nieves hace de ese enunciado la brújula del significado de los versos entrelazados en su caótico adentro,
en búsqueda de esa exploración de lo irracional. El verso se presenta
sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el
azar.
Esta nueva escritora, despegada ya de la
disquisición literaria en la escena filosófica y metafísica del ser y el
ensoñar, de Plumas y Esencia, crea su obra poética desde el escritorio
de un ser mundano y humano: desengañada, asfixiada de amor y dolor,
contraída al grito abismal del abandono, de la penumbra del mundo.
Nieves,
rodeada de una asombrosa biblioteca vanguardista, entre los que
figuran, Girondo, Neuda, Octavio Paz, Vallejos, García Lorca, león
Felipe, Huidobro (con cuyas palabras abre el capítulo Enigmas), ha
dejado los epítetos, la retórica superficial de la escritura, para
adentrarse y apropiarse de metáforas, metonimias, más la polimetría de
sus versos que enfocan un nuevo orden en su escritura más madura,
profana, vital, caracterizada no sólo por la variedad de temas
relacionados con ideas y conflictos del hombre de este tiempo, o, en
todo caso, de la mujer e este tiempo.
La lógica ha sido superada por la ironía, la exactitud por la deriva, la certeza por el silencio necesario.
Los
lectores, que leímos en “Plumas y esencia” a una mujer eligiendo un
mundo para salir a la luz, desde un lugar más confesional que literario,
participaremos, en este nuevo hijo “Enigmas entre el cielo y la
tierra”, de un estratégico viaje pensado desde la literatura personal de
Nieves, sus aprendizajes, sus girondeadas noches, sus almohadas
insomnes, sus heráldicos sueños que la arrancan hacia el mundo profundo
del más inacabado dolor.
Una mujer escritora que subió al barco de
las vanguardias, exigiéndose la elevación a la luz de la palabra –
gatillo, por los callejones del dolor y la miseria.
"Blanco de ausencia, blanco de poesía, blanco de nada…
El poeta está mudo y sus dedos agarrotados,
sus músculos en pereza intensa,
mientras el blanco se ríe de sus alas cortadas.
¿Qué le han hecho al desolado y mustio poeta?
Ya no sueña ni ensueña…
Replegada su esencia al vacío existencial.
Ni absurdos, ni vanguardias salen de sus manos."
(Blanco)
El
miedo a la poesía no forma parte del carácter de esta escritora, al
extremo testimonio del ser que ella exige, la sumisión a toda clase de
cálculos y conformismos acaba, tarde o temprano por aparecer al desnudo.
Nieves, al final de todo, promete que hay palabras en el cielo, otros heraldos de luz, puertos adonde es posible decir amor ...y despertar.
SANDRA LÓPEZ PAZ
*PALABRAS
PARA LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "ENIGMAS ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA", DE
NIEVES TERESITA MALDONADO, EN SANTIAGO DEL ESTERO, EL 29 DE MARZO DE
2012