martes, noviembre 26, 2013

LO PERDIDO

Compartiendo con ustedes, mi vida




Ay! sí...
Apágame la luz.

Este día
de corazones tiernos.
Postal
de soledosa
talla.

La novela
se desata
por mis ojos.

Versus
de los sueños
que me rigen.

Ya no hay fuego
en las cosas.
Queda
el vino vacío
cristales semigrises
evaporados.

Hombre
sobre mi voz
mojada.

¿Escuchas?
Mi lama
en tu orilla penumbra.

Y todo
para detener
la vida
en esta residencia
de palomas.

Siembra
          del amor
a la deriva.

Sandra López Paz (del libro "La voz del ausente")

AUTORRETRATO

Compartiendo con ustedes, mi vida




Desandar mi rostro
sobre el espejo negro
regresarme al jardín
de los abuelos.
Probé la sal
de los gusanos
los higos rotos
que alfombran el camino
del cielo
a mi descenso.
De las alteas rosasenarboladas
con mis globos perdidos.

Oh! la  higuera
inmaterial de la siesta
de ásperos secretos.

Me llama ese rostro
 con manos de fuego
y corazón de azúcar
               cuerpo desgarbado
               pero altivo
bifurcado rostro
de paloma
y palabras.
Me regreso a las noches
solitarias
-que fueron muchas-
y cuento los  besosde las paredes
          de los suelos ajenos
de los otros sueños.
Rayuelas de mar
invocándote,
mi Aquiles.

Oh! Magnolia adolescente
firme en la espera
de su talle.

De la religión:
me debo el bardo
de la vida.
Vine existiendo
-a propósito de dioses-
en este  insomne
relicario
de sándalo y cerillas.
-y el miedo a vivir-
Aromas que adolescían
de santidad mundana.

Oh! las liturgias
de tu piel sagrada.

Y los versos
en la espalda de siempre
y las coplas
suspendidas en  estrellas.
Y mis manos
de la batea al puente
buscando
al ángel.

De mi memoria
fragmentos caídos
de mí misma.
Un duende triste
por los hospitales
evadiendo
la noche.

Oh! la espuma de la muerte
que ha dejado el silencio
de esos años.

Ejercicio vencido.
           
De la palabra
a la sangre,
soy
la que espera.

Oh! la palabra
y el tiempo.

Sandra López Paz (del libro "La voz del ausente")

VATICINIO

Compartiendo con ustedes, mi vida



Dile que su nombre
está escrito
en cuentos de magia
y de poesía.

Que encuentre el milagro
cegado entre nosotrosgastado por el tiempo
 civilizado.

Que celebre
la pausa eterna del amor.

Que talle las ausencias
en las paredes lívidas
y se arroje
a la creación
del carmesí y el chocolate,
cuando viene
               iluminado
a nuestra casa.

Necesitamos praderas
de niñez absoluta.
Cielos rosados
y perennes.

Que escriba por el sol                      tu niño de pan.


Que nos regrese
al fruto dorado
del asombro.

            
Sandra López Paz ( del libro El tiempo del  pan)

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