Compartiendo con ustedes, mi vida
Para tu tiempo
mi voz es un impulso vano
que apenas tiende
el pan.
Mi cuerpo se ha ido
por meridianos invisibles.
Mi cuerpo
y sus palabras apuradas
los sabores estridentes
la primavera.
No entiendes
por esos enormes ojos
abyectos
de la calma.
Los días
destilan mi ausencia
y -sin quererlo-
hasta
el reflejo en la cama
se ha ido borrando.
Es verdad
el
absoluto silencio
el frío de la frontera
la bandera fiel
que nunca
desciende
la novela interminable
lo inconcluso
el salitre
las goteras
la oscuridad
las manchas irreprochables
donde me diviso
ángel desteñido
sin guarda
ni palomas.
Qué es
esta demora,
implacable y ruda
que lleva
mis manos descalzas
por el tiempo.
Sandra López Paz (del libro "Minutas en el bar
tristeza")