martes, noviembre 20, 2012

CANCIONES PARA UN ÁNGEL SIN PARAÍSO-CANTO VI

Compartiendo con ustedes, mi vida

LA TARDE Y EL REGRESO

Cuando todo se detenga,
la última flor tendrá tu nombre.

Mi desnudo corazón
no cantará para mi pueblo.
Promesas escondidas en el camino diario
me dibujan las nubes, la frutilla, el universo
los dulzores, los primores de la siesta, la canela...
Espero ese llamado...
tu voz, desde la vida...
¡ El Mar desesperado
me desborda en pena!
Retorno con las olas del desierto
a la arena cansada de la vida.
Voy a quedarme...
Cuando todo se detenga...
para robar tu calle,
y llevarte conmigo
abrigarte con fuego
con agua
con palomas...
Cuando todo se detenga
en este mundo, hermano...
Tu mirada desnuda,
huérfana de amores,
prohibida eternamente,
eternamente
desde su centro volcánico me llama
a buscarte en el reloj helado de la tarde...
Amor errante y desolado,
¡ Regresa a mi memoria...!
¡ Canción que vuelas
por las regiones ciegas de las almas!!!
Mi ángel ha mojado sus alas
con lágrimasde noche
y desdichados duelos
de fantasmas...
¡ En qué lugar te esperarán
mi sangre
y mi corazón
esclavo de tu piel y presencia!.
Mi voz,
callada letanía
en sombras
te persigue por las calles
de la vida,
Y partida de dolor
por no tenerte
se sumerge en la tarde de la ausencia.

Sandra Anabel López Paz. Poeta Argentina. Santiago del Estero

domingo, noviembre 18, 2012

IMPERIOS

Compartiendo con ustedes, mi vida



I
Y yo
que quería
echar las palabras
inflándoles el pecho
hasta reventar de poesía
y hacer del canto
la advocación
la misa de la piel
y calmar la sed
                  o llamar al menos
las lágrimas estremecidas
de tanto mundo
para inundar con poesía
este pozo.

II
Pero no.
No es cualquier noviembre
en este lugar
se ha ido también el tiempo
y las estaciones
y los vuelos
y las aguas
y tu cuerpo.
Este noviembre
se ha quemado
con varios sueños
en varios ojos apagados
y mezquinos.

III
No ví que llegabas
con desesperanza,
me hubiera preparado
con más rosas,
hubiera juntado en el hombro
menos sueños
más espadas,
para ir desapareciendo
bajo la muerte
del árbol en  retroceso
y el agobio.
En este salitral de miradas
de gritos blancos,
de monstruos infinitos.

IV
¡Ay de los días
de inocente libertad!
No es cualquier noviembre
elegido al azar
otro mes cualquiera
en que van terminando las cosas
y hay premura por dormir
unos sueños más junto a los niños.
Sale del pozo de tus ojos
 un rebaño cansado
hacia el dolor y el éxodo.

V
Me pregunto quién
cortará el aire silenciado
y librará las orfandades
                    si fuera necesario
quién tomará los libros
 en su hombro
ante el incendio.
Si nosotros estamos
tan muertos.
Si las palabras
valen menos que un centavo
y los pájaros se han ido
en un orgánico silencio.

VI
No es ése noviembre,no,
de lapachos altos
clavados en mi alma.
El niño de cristal se ha ido
y quedan solamente
sus manos
bajo las pisadas.

Si nosotros estamos
tan muertos
quién conquistará
este mudo territorio
sin palomas.

Sandra López Paz (del Libro AMERICANIA, EL SUEÑO DEL ARBOL)

Alianzas

Buscando poemas luminosos Crea un pacto con la tierra,        ella va adelante. Toma su rubor de hortensias       y limpia la frente. Dale u...