miércoles, febrero 11, 2015

Camino a casa

Compartiendo con ustedes, mi vida



           porque todas las puertas dan afuera del mundo
                                    Mario Benedetti


No imaginas
la extensión
la línea blanca
       suspiros cansados al oído
          del conductor pobre hombre
pobre ser condenado al viaje perpetuo
 vítreo exorbitado
ojos de los esteros de cincuenta grados
en un mundo de salitre y mudez.
Las casas
abrazadas por el sopor
hologramas del desierto
            entre líneas lágrimas de herrumbre.
Por estos lados
                 en el caudal hipnótico
                 de la ciudad y sus elementos  fundidos
                  por artes, partes y polifemos
         -creo que todo el universo duerme
               y dormirá por cien años-
 apareces también
en mi entrecejo

entre sueños me abres la puerta
soñada por milenios
y conjuro tenerte siempre
siempre a mi lado.
A una cuadra
presiento tus pasos
            -alma mía, soy tu cáliz verdadero-
la calle se alarga en el viento
las glicinas perdidas vuelven
a su tiempo y sus brazos,
los vidrios repartidos
proyectan escenas distantes
y confusas donde me pienso,
mi corazón se abre.
 ¿Estás ahí, templario mío?
Dame una pequeña señal
           una implosión de amor
diciéndome que
he llegado.
 
Sandra López Paz, del libro "MINUTAS EN EL BAR TRISTEZA"







                

  

No hay comentarios:

Alianzas

Buscando poemas luminosos Crea un pacto con la tierra,        ella va adelante. Toma su rubor de hortensias       y limpia la frente. Dale u...