Compartiendo con ustedes, mi vida
Nadie
le dirá a Usted
que la poesía
- un día-golpeará su puerta
su garganta
elevará su jardín
a las estrellas
y al mismo tiempo
su manojo de firmezas
en angustia.
Nadie
le dirá que
la palabra
será su sexo
su sien
su mujhombre
su pan
su agua
su hueso.
Nadiele advertirá
-entonces-
que ella romperá
su sueño por las noches
y se decantará su alma
con tanta indómita
madera hasta volverse
un trapo
miserablemente
perfumado
para nada.
Nadie
ha venido a contarnos
del placebo florido
de la bonomía.
Que corremos peligro
de inmolarnos de amor.
Que la piel se expande
brilla de lujuria
en el peor oasis
de su distancia.
Nadie,
le contará
de su anemia
sus temblores
los dolores blancos
en el pecho.
Los deshidratados labios
que se parten
porque no hay
más que insomnio
y tierra oscura.
Y que no hay
remedio
para esta suerte.
Nadie pero nadie
-por experiencia
de estos cárnicos
dolores-
confesará
que ya
no tiene voluntad
para olvidarla.
Nadie
lo despojalo destrama
lo exilia
de su cuerpo
como ella.
Hasta
que Usted
se desprenda de Usted
y decida
volar.
SANDRA LÓPEZ PAZ (del libro " La voz del ausente")
Nadie
le dirá a Usted
que la poesía
- un día-golpeará su puerta
su garganta
elevará su jardín
a las estrellas
y al mismo tiempo
su manojo de firmezas
en angustia.
Nadie
le dirá que
la palabra
será su sexo
su sien
su mujhombre
su pan
su agua
su hueso.
Nadiele advertirá
-entonces-
que ella romperá
su sueño por las noches
y se decantará su alma
con tanta indómita
madera hasta volverse
un trapo
miserablemente
perfumado
para nada.
Nadie
ha venido a contarnos
del placebo florido
de la bonomía.
Que corremos peligro
de inmolarnos de amor.
Que la piel se expande
brilla de lujuria
en el peor oasis
de su distancia.
Nadie,
le contará
de su anemia
sus temblores
los dolores blancos
en el pecho.
Los deshidratados labios
que se parten
porque no hay
más que insomnio
y tierra oscura.
Y que no hay
remedio
para esta suerte.
Nadie pero nadie
-por experiencia
de estos cárnicos
dolores-
confesará
que ya
no tiene voluntad
para olvidarla.
Nadie
lo despojalo destrama
lo exilia
de su cuerpo
como ella.
Hasta
que Usted
se desprenda de Usted
y decida
volar.
SANDRA LÓPEZ PAZ (del libro " La voz del ausente")