lunes, noviembre 18, 2013

SELECCIÓN DE POEMAS

Compartiendo con ustedes, mi vida


MASCARADA



 Prende la luz
o  si prefieres
abre
el naciente del día.

Celebro mis liturgias
con tus cartas
en mis sábanas de altamar...

Acaso Dios
no escribió
en la noche
turbada
hacia  la muerte...
el texto
del milagro y la condena...

Come
 mi pequeña vértebra...
¡La locura va mutándome
en idiomas olvidados...!

La tristeza habitaba mi piel
cuando tus ojos
se multiplicaron
en caminos embrujados...

Prefiero
 la locura
enterrada en las rosas voraces
a  la arena
del tiempo....

¡Sabes
 que el exilio
se escribirá igual
tras la ternura!

Estoy pensando en tí
como una triste censura
Fiesta de palabras y licores
en la que vuelvo
embriagada de  mares  tormentosos...

En el poniente
comeré tus palabras
en eucaristía
con mi antigua tristeza...
¡amor mío!

Sandra López Paz (del libro PALABRAS SITUADAS)

CARIDAD

No es que
en estas ruinas,
el oxígeno no llegue.

Respiro en la noche
las palabras lentas y voraces
cuando el puente se retrae
y le das la espalda al día,
y a mi pequeña
cansada
íntima lucidez...

Retiro los brazos
de alguien que ha muerto
cada noche
en un ritual desesperado
cruzando el desierto de la sangre
de la herencia
y la mendicidad de amor...

Hueles a  penumbra
o tristeza
¡no sé distinguir cuando el dolor ama y duele!

El amor
como el hambre
son verdades sitiadas por leones.

Amor y penitencia...
caridad para mí
en los ocasos ...

Vivo
en el hambre
de esa palabra
como el pan de ayer
en el  mendigo.

Sandra López Paz (del libro: Palabras situadas)

SEÑALES



Si ves
las notas de la tarde
esquivando el dolor
y la lluvia
y las palabras....

Mujer tal vez
bajo la corola de lágrimas
con las ropas cansadas...

Sin el otro nombre
es mujer...
tan sólo mujer
 que abrió su pecho
y brotaron
versos de ciudades esclavas...

Alguien
sin cruces
sin duendes
sin rocíos congelados
por la ira...

Escamas de rostros
de piedra...
¡La espalda duele...
los nombres se van ...
pájaros heridos por el viento!

Cruzo mi propia melancolía
si ves
puedo hablarte en idioma de la muerte
cuando
cada una de mis células
ha sido desprendida
                   como estrellas rotas y olvidadas
de su sombra...
             (SANDRA LÓPEZ PAZ,
LA OTRA VIDA)


ESTA ORILLA

 
Es la del miedo y la soledad...
Luna
sin abismos
sin brazos...
Promesa
en el camino azul
besado por la tristeza...

Mujer en la carne...
alma en el alma...
Noche prohibida
en la plegaria
y el río de la vida...

Sólo rezaré
para no naufragar
en la vastedad del miedo...
Tus labios pueden llegar
rotos en  el mástil del viento
Ven con tu ideario
a poblar de luz
las  cavernas del dolor...

El mundo
ha pasado por mi boca
en la ausencia de tus manos...

Esta orilla
no es el fin
ni  el princiipio del amor...

¡¡¡Ardes
como cientos de inviernos  en la garganta
y el silencio no deja de brotar!!!

(La otra vida, Sandra López Paz)

PIEL



Espero tu llamada:
no me olvides.
El caracol de la existencia me abruma …
Necesito tu canto
sólo por placer...
sin dioses
No me digas que existe alguien especial ,
no hay magia en este día gris...
páramo sin druidas
Mi corazón es quien se eleva
a la luna
y roba las mañanas de tu sombra
M piel...¡mi piel!
está enferma de ausencia
y de aridez lunar
Resaca y tristeza de copas fantasmales...
Te miro azul
pero no sé
si me engaña el amor
o el deseo que desata a los monstruos sediciosos

No me conformes con mariposas:
amo la sorpresa del golpe en la ventana
el estallido de la luz...

Rompe la sábana
y pasa... 

Sandra López Paz

Es necesario



Ten cuidado
alma de alma,
cuando extiendas
las alas del olvido...

Puede llevarte lejos
la ilusión de la memoria...

La carne

se muerde en el dolor...

Sostén mi mano
para que en mí regreses
en una palabra
en una copa de fuego
en un aliento verde...

El amor
se paga con amor
si es necesario...

Sandra López Paz,  Manifiestos de amor



CORAJE

La siembra
del amor
no declina en la tarde

Muchos brazos  han ahogado
su esperanza en la tierra inocente...

Para ser hombre
he nacido azul
indefenso en la calle del trueno...

Levantarse
caerse
levantarse...

¡En las sombras del polvo
 hay coraje
hermano...!


Sandra López  Paz

RETORNOS

Compartiendo con ustedes, mi vida





El humo del tren inauguraba el día. Nuestro padre, sacaba los boletos mientras mi madre se apresuraba a buscarnos asientos en el vagón colmado de aromas tostados y dulces, de voces que se unían en esa babelandia de oficios y esperanzas que sobre el riel, avanzaban a los puertos de todos y de nadie, a los colmenares ateridos de humanos y mundanos sueños.
Hasta llegar a la Ciudad de los Jazmines, se mantenía todo en su quietud interior, en su armonía lacónica, víceras atravesadas por el ayuno y el desvelo; ojos y ojeras de pensamientos vidriosos que miraban hacia adentro.
Un mundo violeta se iba despertando al son de los Ambulantes, que golpeban las ventanas del vagón y nos pedían pastillas para el insomnio, sahumerios opiáceos y tabaco de Cu&Ba.
Esfedro solía subir en Musos, nadie sabía ni fue testigo nunca en qué estación bajaba. Los Guardianes del Viaje, dicen, se hartaron de hipotetizar sobre la cortada de Esfedro, y en los Archivos Civiles de Retorno, nunca existió tal nacimiento.
Solía sentarse sobre las rodillas de los ancianos y dormirlos para siempre en el vaivén del viaje. A mi abuela le tocó dormirse en agosto del ochenta y nueve, apenas cumplidos mi gemelo y yo, los seis añitos.
Este camino azul rosa se terminaba en la Ciudad del Sueño, un enorme cairel de luces y estrellas, y los abuelos se despedían de sus males y muletas en barcos de rosas.
Lo más hermoso, sin duda, era ver el tornasol de las calles alfombradas de pétalos y percibir entre susurros una voz dulce que entonaba “...dejando pétalos de amor, como cenizas de un volcán...”
Pero el fuego se encendía en la próxima parada. Explotaba el tren en un mundo de caos y de locura, los Agitadores subían el volumen de sus radios y nos atormentaba el discurso del Pope tanto como los demoníacos tatuajes de los Consagrados. Mi madre nos envolvía en su regazo cálido, tapando nuestros oídos, besándonos por el temor y el espanto, hasta que al cabo de una hora, se alejaban disipando en el aire el recuerdo de cadenas y maldiciones profanas que se oscurecían en los techos del vagón y se volvían intermitencias de recuerdos y amenazas latentes.
En Vírgenes había un lapso de quince minutos. Nos bajábamos de a dos, padre hijo, madre hija para echar aguas y volver aliviados, con turrones de miel y chocolates con menta para el resto.
Esta ciudad fue mi elegida por ser amazona y progresista. Los no hombres se encargaban de cuidar los capullos de seda, que en caravana debían ser acunados hasta su nacimiento. Allí dejé mi gota de sangre como pacto de fidelidad hasta que me radiqué en abril de mil novecientos setenta y ocho, a los veinte años.
“El espacio es muy amplio - me adelantó Ninfa señalando las cuarenta habitaciones- pero con los capullos que vengan te irás acostumbrando”...y firmé un convenio para desarrollar treinta amazonas y cinco no hombres.
Mi misión terminó en el mil cincuenta. Abordé simplemente el mismo tren, me acomodé entre dos Agitadores Kids, que llevaban en sus manos sendos emepecuatros y espadas laser-del imperio contraataca. Esfedro supuso que no tenía sueño aún, y solamente pasó por mi lado con dos palmaditas.
Mi padre viajaba una vez al mes a Ciudad de los Jazmines porque era podador de planta permanente, y de a poco le había ido transfiriendo sus dones a mi hermano, el cual, para el año mil cuarenta y dos, ya había obtenido la llave de oro del intendente, por ser el mejor de su oficio.
Cuando llegábamos a Retorno, el tren iba aparcando cadenciosamente, softly acostado en el muelle del sol, un remanso de aguas tibias y tranquilas, un tanto sanguinolenta y nutricia, mi hermano y yo nos abrazábamos, ya sin cabellos, sin palabras concretas, solamente al eco amplificado de nuestra mamá, Alba, y esperábamos el ritual zodiacal del Universo, en el centro más hondo y alto y perfecto del cosmos, tibios, al amparo de nosotros mismos, viajando al retorno de la vida, con los flashes de la memoria de Esfedro y su fantasmal hechizo de sueños...

Sandra López Paz .(del libro "NICUENTOS SOLOS")

EL 30 DEL 9 A LAS 15 Y 50

Compartiendo con ustedes, mi vida

            Acostada entre medio de mis pequeñas, desvelada por el hambre eterna de amor, pero al tiempo sosegada y tranquila, me iba durmiendo, enredada en la bruma de las cosas buenas, los recuerdos felices, el febril anhelo de la mañana.
El patio estaba solemnemente solo, al pie de la escalera que llevaba a la terraza, se oscurecían las enredaderas, las planta anochecían, los pisos dejaban su lumbre. Las huellas del día se iban desdibujando en reversa. Todos, al viaje de la luna, a descansar.
Todo el día había estado inquieta, con un latido extra, un sobresalto que me llevaba casi inconscientemente al miedo. Hacía dos años que vivía en Versailles, en la Bruselas 667. Tenía un hogar consolidado. Mis raíces aún en Santiago, con una familia que solía alegrarme en vacaciones, con llegada de sorpresa, cargados de regalos. Venían a la Capital, donde me había radicado en el 87.
            En el 91, justamente el 19 del 1, me sorprendieron  mamá, papá, mi hermanita, en una visita memorable. Vinieron con torta porque era mi cumpleaños. Esos viajes eran un sol; durante el año estaba tan llena de responsabilidades, de cuidados y lo hacía prácticamente sola, porque mi esposo viajaba por el país para cumplir tarea de auditoría bancaria. Otra que Kafka. El pobre se pasaba escribiéndome cartas de amor entre las planillas financieras. Yo me había casado muy joven,  a los 18. En el 87, ya tenía 21 y tres hijas.
Venía con ese Enero del 91, que  fue hermoso. Mi papá se esmeró en su rol de pa y de abu. Se llamaba Dante, como el poeta, y era tal cual. Además de verborrágico, temperamental y good loking. Una mañana  me prometió que al año vendría a la Capi, para estar con sus nietas, instalar su empresa, y besar el obelisco todos los días. Al año, porque estaba enganchado todavía con la historia de vida de su mamita, mi abuelita, que se estaba apagando.
Dejó bien claro sus frases célebres, su estudiado discurso sobre el ahorro, y la importancia de la familia. Como nunca, bebió dos wines de más y se dedicó a ser feliz durante dos meses, hasta que, lamentablemente para nosotros, para mí especialmente, terminaron las vacaciones. Cada vez que mi familia regresaba a santiago, me sentía abandonada, como huérfana, y, a verdad, no me explico de qué forma me sostenía después.
            El 16 del 05 de ese año estaba tan cansada. Todo el día había viajado con fuentones de ropa a la terraza; había pulid el piso, los muebles, dejé todo impecable. Acostada entre medio de mis pequeñas, y siempre desvelada por el hambre eterna de amor, decidí revisar mi tesis mientras  las chicas,  dormían después de haber destruido el orden de la casa. Felices. Anárquicas.
            A las 3 de la mañana del 17, me reventó la puerta mi hermano, que por entonces noviaba con una comediante musical de La Recoleta.
Mi padre había muerto a las 2. Se decidió un viaje a primera hora. Hablé con mi esposo a La Plata. Partí con mi hermano a Santiago. Su novia, la diva entrada en años, sabía de antemano, que se despediría de él para siempre. Mi hermano Fernando era ahora el hombre de la casa.
            Yo me aferré a mis tres hijas, me colgué del ala del avión, y en un sigiloso llanto pasé del avión al velatorio de mi viejo. Una que otra desubicada me dijo que estaba linda como siempre.
            Con mucho miedo, me acerqué a mi padre. Le acomodé el rulo de la frente, y le puse en el traje una cartita de despedida.
En el patio, me tomé un café. Y comencé a viajar por ese mundo para el que no estaba preparada. Me senté con mi veja a desarmar los sueños, a opinar sobre su vestido negro, a confortar a mi hermanita.
El duelo es un papel protagónico que nunca se elige. El viaje de la vida y la muerte. La ida. Somos un viaje de ida. Nunca se vuelve. 
Con una ceja espiaba el tétrico designio de la vida. Con la otra, la ciudad natal, el olor de la calle de tierra, el calor dulce, porque en Mayo, en Santiago, el calor es tan importante como en Febrero. Me vino a la mente Antonio Machado, y me lamenté por qué estaba el olmo derribado, tan joven, tan entero, tan vivo en ese silencio. Y yo también esperé a la luz y a la vida y le pedí otro milagro.
            Mi corazón partido llenó de lírico llanto el momento. Pues, para entender es dolor inexplicable, tuve que poner mis sentidos en algo que entendiera. Me retiré a mi pieza de soltera, que hasta hoy tiene el olor a cuadros de ángeles de la guardia. Y me dormí añorando el  pueblo de mi padre...al que le dediqué el poema:

Pueblo de mi padre
Una nota
espinosa y callada...
Un abismo infinito...
Tienes algo de mi sangre,
eternamente triste
que por la noche vuela,
espinosa y callada...
Hace treinta años te he visto,
erguido aún bajo el sol tirano.
Eres el padre de mi padre,
la raíz y el cielo de la cuna
donde adormecimos estrellas
y deshojamos pétalos
en la lágrima del bosque.
Te beso en la frente...
mi corazón te añora
en el tiempo de las flores
y los míticos olores de la infancia.
Fueron décadas ausentes
con olvido en la ceniza
con llanto en el suelo del destino
con suspiros ahogados...
Porque te extraño...
Todo el aire
ha quedado en tu bruma
pero la memoria te llora
de pie
con los huesos doloridos
en el vino añejo.
¿Dónde estás?
Pueblo de mi padre...
lluvia dorada de algarrobas
que despeinan la huella
al regreso de tu pan sagrado.
¿Dónde estás?
Mi voz ha caído
en el coro del viento...
¡Décadas de horfandad
cubren mi cuerpo
y no pueden mis ojos mirar el camino...!
Mi razón exhausta
no me explica la ausencia...
Es una canción ilógica esta pena.
Dormiré para encontrarte.
No tiene sentido el universo.
Solamente la esperanza
significa el alma.
Pueblo de mi padre...
tus brazos de molino
derrotan la intemperie
y curan mis raíces.
Pues mi padre era una hombre del poniente
y sus manos sembraron
semillas que regresan.


Luego del entierro, apenas mirando a mi madre y mis dos hermanos acurrucados en el dolor, tomé a mis hijas, me fui al aeropuerto y regresé a Versailles, a retomar el viaje cotidiano.
Todavía sonaban en el patio de la Bruselas 667 las palabras célebres de mi viejo, y su  carcajada estampada en la pared, todavía, creo, debe retumbar en la casa antigua.
 Fue una época de suspiros hondos. Cuando mis hijas, hoy, después de 16 años y muchos, muchos, muchos viajes consumados en todas las opciones y dimensiones de la vida, me preguntan sobre si alguna vez fui muy  feliz, les digo que felicidad no es un acto espontáneo, ni un regalo de la vida. Que tuve que buscarla debajo de las profundas llagas, de las cicatrices y de los dolores. Y que con ello, no aludo a mí especialmente, ni a mi condición de enferma, ni a mi ser testigo de Yo veo la felicidad como una gran valija. La veo, de aquí para allá, deambular, ordenar el punto cardinal de algún viaje,  tomando el tren de nadie, de nunca, de  ninguno.
 La felicidad vive.  Ella es la gran pasajera, que nos busca también para tener su derrotero. Cuando toda  guerra ha pasado, el hambre ha sido saciado, el bosque ha regresado.
Y vive por siempre en el recuerdo más que en la esperanza.

                                               SANDRA LÓPEZ PAZ- del libro NICUENTOS SOLOS
                                                                             año 2007

DEL LIBRO "PALABRAS SITUADAS"

Compartiendo con ustedes, mi vida


INFESTA



Vengo a celebrarte...
sobre los libros milenarios,
contrita de amor
y dolor de noches
y cinturas que se han quebrado
en la sequía...
Vengo a celebrarte
sólo en mi memoria
después de pronunciarte
como un rito endiablado
y de abrirme la herida
que siempre sangra
en palabras...
La fiesta comienza en tu silencio...
¡no quiero oscuros signos derrotados!
sabores  absolutos
que corran por tus labios
con fruición de mí...


Sólo nómbrame una vez
y no entres
en sigilosa ironía
a mi sombra...
Deshójate
en la memoria arrugada
pero viva,
sobre mi piel enhiesta
y a tu merced...
Abre tu sudor
en mi agonía...
Soy alguien condenada
a tu pena de muerte...
Te celebro
enferma de aridez
con mis copas de palabras...
Derrámate
en mi pequeña parcela
donde me abandono
a tu voluntad
nuevamente...


Recorro tu límite
mientras  llega la noche...
El río vuelve
a su cauce
al vientre de la melancolía
desde mis manos
que han batido solamente
el infierno
del índigo febril de tu mirada
de la orilla fría
de tus inferencias...


Repito el nombre
de tu nombre
en la sábana absorta...


¡Abrir
la puerta de tu hambre
es imposible....!



SANDRA LÓPEZ PAZ- "Palabras situadas"

ARCANOS



Inside...
en el cielo
de la palabra,
sobre la boca,
casien medio del silencio...

El refugio te abre el sentido
del claustro de la vida,
nadie sale
para devovelverte la fe
que se ha caído
allá en el hombre...

Tu palabra
remeda de manos
la vigilia...
la espera viene en la noche,
o en las llamas tiernas del alba...

En este destino
me ha puesto la tierra...
Sin fuerzas
para capitular
con el amor sagrado y verdadero

Toda la poesía
de tus manos
me acaricia el silencio...
y vienes
a prorrogar esta agonía
épicas mentiras...

Inventando
los vientos cardinales
¡hay océanos encriptados
en tu lágrima...!

Hombre
leve y solitario...
¡te libero
de mi antigua
tristeza...!

Sandra López Paz (del libro "Palabras situadas")

TRAVESÍAS...


 
Debo hacer varias tareas...
Cortar las ramas del limonero
                                viene el otoño...
levantar las flores
doblar el agua
en que jazmines, tu y yo
bebimos palabras...

¡Hasta mañana
pequeño picaflor!
El verano  y yo
entramos
en esa agonía planetaria...
Declinará la tierra
                          se esconderá más la semilla
                          en el cordón de mis lágrimas
y mientras...
las horas del libro
caerán en mi falda
                          Tiempo deshojado
                          en el corazon de mi otoño...
Hasta que vuelvas,
mi pequña hija,
ma fille, mon enfant
                         mi vástago cristal,
haré de las noches melancolicas
un dulce  mágico
de  palabras...
del color de tus ojos...

Que se cumpla
el vaticinio del silencio
mas...¡ no abras mi pecho
hasta entonces!

Sólo encontrarás
muchos recuerdos
 en estación mujer...

Las almas deben volver a  la patria de sus versos...                  




(SANDRA LÓPEZ PAZ,  Palabras Situadas) 
 
 
 
 
ATENTAMENTE

 
Te escribo en medio de la nada...
como siempre,
con el impulso aciago
inexorable,
que se pierde en el motivo...

Me refiero a mí
a mi alma que es tu sombra
que te sigue por la casa
por la tarde
por el árbol,
por la ausencia...

Ésta,
que describe la perplejidad
con que me ignoras
cada vez
que susurro  te amo...
Soy así
¡un montón de palabras sin denuedo!

Algo en la nada del camino
que se ha quedado olvidado
sin nombre propio
estanco en el día
despuésde la lluvia...

Sin tí,
el odio suscribe las horas
y entre líneas,
la muerte señala
de rodillas
sin milagros...
a una mujer
que puede esperar
toda la eternidad
ungida en sus lágrimas...

Una especie de mal
 habita en las palabras
y carcome el aire
y la esperanza
y los sentidos...
¡Señor de mi alma...!

SANDRA LÓPEZ PAZ ,"Palabras situadas"

OUT

En el día
la lluvia acompaña
hasta que cae
el estómago
en la furia
               en tus manos violetas...
que se vienen como barcos
a la guerra....

En este suelo
no hay magia...
 Sólo ocasos desgarrados
en el límite....

A coro
desterramos la lluvia
miserablemente
en la sangre
de latidos estériles...
en silencios profanos
por el sendero de la estrella...

Esta pena
me tiene
        insondablemente fuera
en la tierra del amor
y la noche,
como el pan que levita y no lo toco,
           como la luna que suspende y multiplica,
                       como el  cielo que se cae sobre los hombros...
se vuelven páramos
sin druidas soñadores...

Rocas son rocas
la muerte es el tiempo que me avanza
por la conciencia y el sexo
¡y tú ...tú ni siquiera sabes
de lo que te hablo!

Palabras mágicas
vienen
          entonces
como si me hablaras
tocándome los sentidos
abriendo la hendidura de la tristeza
                      que me habita
                      como el rocío infinito del otoño

Existiendo,
pariendo,
golpeando...

¡Soy yo
la que viene
a buscarme...!


Sandra López Paz-Palabras Situadas

Dreaming


Salgo del sueño de los vacíos
donde
               se dice
que he bajado
a fuerza de parir
 más que infatuas sombras
y  monstruos
                  que he estado creando
como quien habla
y sujeta palabras
al fuego
de la noche....

Me voy a quedar
             sin embargo
dentro tuyo
en vigilia
hasta hacerme piedra
                             serpiente inflamada
en la memoria de tu veneno
porque solamente
sé mis flores
sé mis vértigos
y mis campanas rotas....

Ojo con lo que escribes
¡tengo tu idioma
en mi lágrima!


En mi suelo
el sexo se escribe
en la espera
en el hambre
en la luna de los símbolos
en las guerras
en los trigales
en las aguas frías de la muerte....

Pero debo decir
dos palabras
en derredor tuyo,
alma que se contrae
bajo la mentira
               aunque te amo
escúchalas
                en el preámbulo de mi espera...
luz mía....
 Sandra López Paz -"Palabras Situadas"

Hoy...


Mujer Acróbata (acrílico)

  




















No es lo mismo
después del retiro
a las aguas de tu alma..

Remanso pequeño y secreto
que pone muy alta muy alta
más tuya
la condición de no mujer
y no silencio...

porque hoy
he visto
grandes
tus ojeras serranas
palabras que abisman en tus ojos
mientras caigo
                   doy  riego

cada día
pequeña dentellada
que sacude en la hojas el milagro...


Por el que no te veo...
sólo me acuerdo de tu remanso,
espejado en el alma
                     pactado en el borde
pero la palabra
sobrevino
en sangre...

te odié
hoy...

¡Como si fueras
la promesa
y no
 la condición...!



Sandra López Paz (Palabras Situadas)

Atardeceres

Compartiendo con ustedes, mi vida
 


"Perfer et obdura; dolor hic tibi proderit olim" *
                                                      Ovidio



Vengo de la muerte
                          no sé si te conté alguna vez
de la bitácora del miedo
del río de luz
que nunca se cruza...

Vengo
de la misma esclavitud
de los tiempos
al atardecer de la palabra...
                       subyugada
                       entre las cicatrices
arrojada hacia la  soledad
por el malamor....

¿Para qué florecer
si el día
es un vil silencio?
La voluntad
es un fantasma
del coraje.....

Dejar
hasta el último pétalo
abrazando las sombras
             y entretanto
dar luz
a la pequeña semilla
que me espera...


Sandra López Paz (del libro PARTES DE MÍ Y OTRAS CALLES)      

Credo de sirena

Compartiendo con ustedes, mi vida

                    

Soy el individuo
            Nicanor Parra

Creo en Dios
cuando no vienes,
cuando el amor se hace
indecente e invisible
y se dispersa
en el ardid del miedo...
Creo en todopoder
que se amedrenta en el agua
que choca en la piedra
pusilánime
exhausto de tanto
lloverse en sangre
y palabras mundanas...
No me hables hoy
de todos modos...
Creo
en esos silencios
necesarios
resignados
y marchitos
             y  en el mar
donde el amor
           de vez en cuando
  camina conmigo....

Sandra López Paz (del libro: Liturgia Mundanas)       

CANCIONES PARA UN ÁNGEL SIN PARAÍSO

Compartiendo con ustedes, mi vida

 


CANTO I


La Cuna
El despertar me anuncia...
Voy hacia tu pelo revuelto
a separar la noche del día…
Estambres del futuro,
Alientos del silencio...
no pudieron sostener
la matriz del barco…
 Se diluyó en la tarde
por el pánico.
Las voces retornan a la vida...
susurros de un tiempo desgastado,
del ciclo inmeditable...
Abrir los ojos...
Un vaso de agua clara
para remediar el paraíso
y saber que siempre
se puede existir.

CANTO II
La Puerta

Senderos eternos,
calles alucinadas…
El día empieza
 con tus pasos lentos
por la habitación
aún dormida
aletargada...
Hacia dónde nos iremos
esta vez...
¡Ser un ángel guardián
es temerario!
Desdibujas la pared
hacia el cerrojo,
descuelgas el puente...
Y la puerta te quema...
porque tiene tanta muerte
como Esperanza.

CANTO III
El Camino
Está escrito en tu memoria
Sabes que alguien te guía,
y alguien te sigue
El número
ha tomado conciencia
de tu miedo
Y te transporta al trabajo cotidiano
de nombrar distancias...
Peregrinos de la modernidad...
Creas el movimiento,
Configuras la huella
Dibujas el sistema del abismo
Tus pies van arando
 el silencio...
Y nacerá otra calle
con tu mismo miedo,
donde alguien te siga
y otro alguien  te espere,
significando el tiempo…
Yo...
¡YO no puedo alcanzarte!
Me duele
el espacio recorrido
pues giré por la calle más cruel,
  el Destino...

CANTO IV
La Ciudad
Miré los bolsillos vacíos
 de mi calle.
Sin monedas
de savia enardecida...
Abrigué mi verso
y esperé el milagro.
¡El dolor de la tierra
 habita a mis espaldas!
Con el aliento del sol
después de las tinieblas... y la luz
decreté el amor
hasta  el ocaso…
¡Tus ojos se abrieron encendidos
como una constelación del universo!
Y mis hermanos se acercaron
al calor azul de tus pupilas.
Ciudad distante...
Pueblos que emigran a la muerte
con palabras sin retorno
a la esperanza...
Hoy es el día
 para nombrar las calles
los jardines
los molinos
y los santos
bajo el signo de todas las leyendas.
¡Bolsillos de milagros
y de niños con cántaros de vida!!!
Madre urbana
de enamorados pájaros
y de ángeles
que emigran al silencio
Anídame...
para que vuelva en polen mi plegaria
¡No quiero morar lejos de tí,
ciudad bautismal de mis amores!
¡La eternidad temería de nosotros
Si nos diéramos la mano!

CANTO V
El amor y el pan

Mendigos
de un perdón necesario,
por el hambre de amor...
Suelo de espigas
sin esclavos...
Lo imagino dorado
como la eterna arena del tiempo,
como el recuerdo
de tus ojos con sol,
Ángel de mi vida.
Ahora que mi llanto es alto
como un latido santo de la tierra.
siembra mi voz sobre la arena...
Apura
 que mi llanto es alto
y la luna del dolor está dormida...
Regresa,
a la mies de la tarde
¡Cosecharemos palomas mensajeras!
Toda mi soledad
alma sin nombre
está segada
por el alumbre verde
de tus manos...
Batalla a mis oscuros miedos...
a mi corazón desintegrado.
Muéstrame ese amor del infinito
que vuelve al origen de la savia...
Te doy estas palabras,
amor y pan...
naves olvidadas
en el mundo...

Pronto...
Mi voz duerme,
el frío me espera
el llanto abre
las arterias del viento,
y escucha el grito
 de la sangre.





CANTO VI
La tarde y el regreso

Cuando todo se detenga,
la última flor tendrá tu nombre.
Mi desnudo corazón
no cantará para mi pueblo.
Promesas escondidas en el camino diario
me dibujan las nubes, la frutilla, el universo
los dulzores, los primores de la siesta, la canela...
Espero ese llamado...
tu voz, desde la vida...
¡el mar desesperado
me desborda en pena!
Retorno con las olas del destierro
a la arena cansada de la vida.
Voy a quedarme...
Cuando todo se detenga...
para robar tu calle,
y llevarte conmigo
Abrigarte con fuego
con agua
con palomas ...
Cuando todo
se detenga
 en este mundo, hermano...
Tu mirada desnuda,
huérfana de amores,
prohibida eternamente,
eternamente
desde su centro volcánico me llama
a buscarte en el reloj helado de la tarde...
Amor errante y desolado,
¡ regresa a mi memoria...!
¡Canción que vuelas
por las regiones ciegas
de las almas!!!

Mi ángel ha mojado sus alas
con lágrimas de noche
y desdichados duelos
de fantasmas...
¡En qué lugar
te esperarán
mi sangre
y mi corazón
esclavo de tu piel y tu presencia!.
Mi voz,
callada letanía
en sombras
te persigue por las calles
 de la vida,
Y partida de dolor
 por no tenerte
se sumerge en la tarde de la ausencia...


CANTO VII
El naufragio

Alas solitarias...
llevan mi soledad enamorada
por el océano de regreso....

Veo el cansancio secular
 en la grupa de mi ángel...¡pobre amigo!
Sé que morirán mil canciones
en la noche final...
Mi alma regresa
a deshojar el cíclico camino
de la ausencia...
Vuela, soledad enamorada
a otro designio.
Cansada está mi pena:
no repetiré las claves
de la esquina.

Te dejo una canción:
Yo sólo fui un alto en tu camino
una razón para escribir tu pena
una prisión en castillo de arena
para tu sed, un trago del olvido...
Yo sólo fui la noche interminable
donde tu piel lloraba desventuras,
mientras mi amor cantaba con dulzura
para volver el fin inalcanzable...
Pero este mar, se transformó en rocío
y mi dolor se fue por las heridas
de un corazón tan frío como el cielo
que comprendió el invierno de la vida.
Yo te amaré el resto de mis días...
El mejor viaje fue la esperanza
desde mi guarida de soles
y sentidos despiertos...
las noches naranjas
los jazmines infinitos
en nubes azules
de presagios dulces...
Abro el libro de la vida,
los mapas del amor
están ausentes...
El canto se escucha
en el corazón…
Paloma herida
celebra lo efímero de todo...
El día no alcanza
en la puerta de tus palabras
en el camino de tu frente
en el campanario de tu pecho...
Soy
una moledora de ríos y arena...
esculpo las estrellas
y las envío
en las alas del ángel...
Esta noche
hay reunión en las sombras
festín de pájaros helados...
emprendo el viaje.

Cuando camines,
Y despeines
 los estambres del futuro
¡Piensa en mí
que te amé mucho
con esperanza
con luna incandescente
con vientre de barro sideral...!

SANDRA LÓPEZ PAZ-SANTIAGO DEL ESTERO , ABRIL DE 2011


A modo de Prólogo -del Lic. Carlos Artayer




Como en todos los casos, lo recomendable es entrar sin prevenciones, sólo con los “sentidos en alerta”, e ir abriendo puertas, descorriendo cortinados, iluminando veladuras, desentrañando los mínimos sonidos, los murmullos indescifrables, adivinando por dónde se deslizan las queridas sombras y las dulces nostalgias; y sorprenderse también con pujos de lagrimas desveladas, con sonoros apóstrofes, con dolientes melodías, con carnales frenesíes…
Hay que permanecer dispuestos a escuchar, sin previo aviso, canciones para un ángel, suscribirse al tono y dirección de los manifiestos del amor, expuesto a sangre abierta, y, sobre todo, atisbar por sobre la muralla, por donde discurre la otra vida, la que viene a nosotros aún a nuestro pesar. En suma hay que dejarse ganar los adentros por la palabra poética de Sandra López Paz, y es lo que hice: fruir las resonancias que destellan en los intersticios del texto, y algo de ese extrañamiento es lo que sigue.
“¡Cosecharemos palomas mensajeras!”, dice Sandra en el canto V, y es toda una definición del oficio de poetizar el mundo que se debate ante sus ojos. Necesita expandir su mensaje por todos los meandros del viento, que llegue a todos los oídos susceptibles de resonar en ondas concéntricas por los corazones enzozobrados, que el poema sea mensaje y mensajero, voz yeco de sí mismo para que vuelva una y otra vez al origen, a la palabra que nos erige humanos: “Te doy estas palabras/amor y pan/naves olvidadas en el mundo…”
El mundo está ahí, apenas abre la puerta tan poblado de muertes y esperanzas y a la par convocante para las cotidianas ceremonias de reconquistar el canto en las fracturas del silencio, como ha sido y será en la historia humana que transita “por la calle más cruel/que es el destino…”
Convivir es reconocerse en los otros, echar redes en la muchedumbre que, sin cesar, como un “amor errante y desolado” cruza hacia los últimos días para detenerse al fin en la flor inmarcesible de la Memoria.
 Qué hará entonces el hombre descarnado de ilusiones sino “levantarse/caerse/ levantarse”, anhelar el pecho que arde y se enmascara de misteriosos signos de palabras sin palabras, fronteras del arcano hacia donde somos pasajeros, rodeados apenas por la fragilidad de una “piel de aridez lunar”. Hay que ir hacia atrás, refugiarse en el primer vagido humano, apenas superado el estadio oceánico de una  desmemoriada “piel de escamas”, el origen donde se ayuntan los contrarios, oxímoron de la vida misma: “la cima de mi piel es un abismo”, se confiesa la poetisa.
No es casual que sea la piel un elemento poético recurrente en los poemarios que presentamos. Sabemos que la piel es el órgano más extenso y sensible del cuerpo humano, y más si quien la porta es mujer. Pulido sensor de las realidades internas y externas que la inciden, la piel se configura como un plano expresivo donde la metáfora juega a ser otra piel en el mundo.
Así, la piel aparece mencionada, explicitada en muchos versos y también metonimizada bajo nombres específicos donde toma forma de labios o de manos, que son otros tantos puentes con el adentro/afuera y viceversa. Un breve muestrario puede darnos las ideas de la formulación discursiva de Sandra López Paz en este aspecto:
-           “Yo fui la noche interminable/donde tu piel lloraba desventuras”.
-           “Mi piel…/¡mi piel está enferma de ausencia/y de aridez   lunar”.
-           “de día la piel es de escamas y sin memoria”
-           “en tu piel no cabe la vorágine/el exilio/la penumbra”
-           “la piel/el llano que devora la noche”.
Y también:
-         “es el mundo un rostro que implora”
-         “el tiempo se abruma en mi espalda
-         “no temas volar sobre mis cicatrices
-         “la tempestad/en rituales contenidos acecha por el límite de los hombros
-         “el mundo ha pasado por mi boca en ausencia de tus manos
-         “aunque el dolor en palabras no se toca ¡tiene piel!”
-         “con el cielo naranja en la cintura
-         “yo sé la geografía de tu cuerpo
-         tus arrugas son mi amparo secular”
Si bien la piel instala una frontera física entre la persona y los alrededores, constituye simultáneamente la barrera que se funde y desaparece en el acto de amor, en la entrega que anonada la individualidad y la incompletud, y se transforma en luminosa galaxia.
Pero no es lo único que destrabará las arcanas comuniones de voces que circulan dentro de la voz, aunque ésta calle; Sandra nos presta sus palabras, como pulsantes luciérnagas que van señalando un derrotero, inaugurando encrucijadas…”ser un ángel guardián/es temerario”…”abro el libro de la vida/los mapas del amor/ están ausentes”…”…para ser hombre/he nacido azul/indefenso en la calle del trueno”…”el salvaje dolor/ ha fundado en tu puño/ la ciudad de la nostalgia”…”mi padre hacía/ almácigos/ de canciones verdes”…”amor, para que me entiendas: /la cima de mi piel/ es un abismo /y el despertar no llega”…”la esperanza es el pan/ que destierra la noche”…”el cosmos es una región del dolor /y me pregunto /si tanta soledad /me pertenece…”
La construcción de la realidad-o de lo que creemos que es la realidad- parte de la mirada de quien se propone la tarea, más o menos consciente de que la única herramienta disponible es el lenguaje y el espesor que, personalmente tendrán las palabras que emplee para tal empresa. Como en definitiva cada uno es lo que dice o deja de decir, el mundo transcripto no es más que un trasunto humano; si a ello se suma que, genéricamente, la perspectiva es diferente, que un hombre o una mujer en las mismas cosas ve cosas distintas, que interpretan de singulares modos  hechos y personajes y, en definitiva, personalizan su construcción de los alrededores de sus vidas, los accesos al discurso poético femenino constituye desde el origen un renovado desafío que no inhibe, sin embargo, la tarea de someterse a él.
De todas maneras, aproximarse a las reconditeces de la voz poética de Sandra López Paz, no es más que eso: aproximaciones a las posibilidades del sentido textual que como lector se pondrá en escena, un discurso en el que ambos, poema y lector, son cómplices en el infinito juego del diálogo, leyéndose, diciéndose, preguntándose hasta agotar la palabra y enfrentar el silencio, desde donde se gestarán nuevas palabras y renuevos.
Y el poema, será…


Lic. Carlos Alberto Artayer
Santiago del Estero, primavera del 2010


Alianzas

Buscando poemas luminosos Crea un pacto con la tierra,        ella va adelante. Toma su rubor de hortensias       y limpia la frente. Dale u...