Compartiendo con ustedes, mi vida
CANTO I
La Cuna
El despertar me anuncia...
Voy hacia tu pelo revuelto
a separar la noche del día…
Estambres del futuro,
Alientos del silencio...
no pudieron sostener
la matriz del barco…
Se diluyó en la tarde
por el pánico.
Las voces retornan a la vida...
susurros de un tiempo desgastado,
del ciclo inmeditable...
Abrir los ojos...
Un vaso de agua clara
para remediar el paraíso
y saber que siempre
se puede existir.
CANTO II
La Puerta
Senderos eternos,
calles alucinadas…
El día empieza
con tus pasos lentos
por la habitación
aún dormida
aletargada...
Hacia dónde nos iremos
esta vez...
¡Ser un ángel guardián
es temerario!
Desdibujas la pared
hacia el cerrojo,
descuelgas el puente...
Y la puerta te quema...
porque tiene tanta muerte
como Esperanza.
CANTO III
El Camino
Está escrito en tu memoria
Sabes que alguien te guía,
y alguien te sigue
El número
ha tomado conciencia
de tu miedo
Y te transporta al trabajo cotidiano
de nombrar distancias...
Peregrinos de la modernidad...
Creas el movimiento,
Configuras la huella
Dibujas el sistema del abismo
Tus pies van arando
el silencio...
Y nacerá otra calle
con tu mismo miedo,
donde alguien te siga
y otro alguien te espere,
significando el tiempo…
Yo...
¡YO no puedo alcanzarte!
Me duele
el espacio recorrido
pues giré por la calle más cruel,
el Destino...
CANTO IV
La Ciudad
Miré los bolsillos vacíos
de mi calle.
Sin monedas
de savia enardecida...
Abrigué mi verso
y esperé el milagro.
¡El dolor de la tierra
habita a mis espaldas!
Con el aliento del sol
después de las tinieblas... y la luz
decreté el amor
hasta el ocaso…
¡Tus ojos se abrieron encendidos
como una constelación del universo!
Y mis hermanos se acercaron
al calor azul de tus pupilas.
Ciudad distante...
Pueblos que emigran a la muerte
con palabras sin retorno
a la esperanza...
Hoy es el día
para nombrar las calles
los jardines
los molinos
y los santos
bajo el signo de todas las leyendas.
¡Bolsillos de milagros
y de niños con cántaros de vida!!!
Madre urbana
de enamorados pájaros
y de ángeles
que emigran al silencio
Anídame...
para que vuelva en polen mi plegaria
¡No quiero morar lejos de tí,
ciudad bautismal de mis amores!
¡La eternidad temería de nosotros
Si nos diéramos la mano!
CANTO V
El amor y el pan
Mendigos
de un perdón necesario,
por el hambre de amor...
Suelo de espigas
sin esclavos...
Lo imagino dorado
como la eterna arena del tiempo,
como el recuerdo
de tus ojos con sol,
Ángel de mi vida.
Ahora que mi llanto es alto
como un latido santo de la tierra.
siembra mi voz sobre la arena...
Apura
que mi llanto es alto
y la luna del dolor está dormida...
Regresa,
a la mies de la tarde
¡Cosecharemos palomas mensajeras!
Toda mi soledad
alma sin nombre
está segada
por el alumbre verde
de tus manos...
Batalla a mis oscuros miedos...
a mi corazón desintegrado.
Muéstrame ese amor del infinito
que vuelve al origen de la savia...
Te doy estas palabras,
amor y pan...
naves olvidadas
en el mundo...
Pronto...
Mi voz duerme,
el frío me espera
el llanto abre
las arterias del viento,
y escucha el grito
de la sangre.
CANTO VI
La tarde y el regreso
Cuando todo se detenga,
la última flor tendrá tu nombre.
Mi desnudo corazón
no cantará para mi pueblo.
Promesas escondidas en el camino diario
me dibujan las nubes, la frutilla, el universo
los dulzores, los primores de la siesta, la canela...
Espero ese llamado...
tu voz, desde la vida...
¡el mar desesperado
me desborda en pena!
Retorno con las olas del destierro
a la arena cansada de la vida.
Voy a quedarme...
Cuando todo se detenga...
para robar tu calle,
y llevarte conmigo
Abrigarte con fuego
con agua
con palomas ...
Cuando todo
se detenga
en este mundo, hermano...
Tu mirada desnuda,
huérfana de amores,
prohibida eternamente,
eternamente
desde su centro volcánico me llama
a buscarte en el reloj helado de la tarde...
Amor errante y desolado,
¡ regresa a mi memoria...!
¡Canción que vuelas
por las regiones ciegas
de las almas!!!
Mi ángel ha mojado sus alas
con lágrimas de noche
y desdichados duelos
de fantasmas...
¡En qué lugar
te esperarán
mi sangre
y mi corazón
esclavo de tu piel y tu presencia!.
Mi voz,
callada letanía
en sombras
te persigue por las calles
de la vida,
Y partida de dolor
por no tenerte
se sumerge en la tarde de la ausencia...
CANTO VII
El naufragio
Alas solitarias...
llevan mi soledad enamorada
por el océano de regreso....
Veo el cansancio secular
en la grupa de mi ángel...¡pobre amigo!
Sé que morirán mil canciones
en la noche final...
Mi alma regresa
a deshojar el cíclico camino
de la ausencia...
Vuela, soledad enamorada
a otro designio.
Cansada está mi pena:
no repetiré las claves
de la esquina.
Te dejo una canción:
Yo sólo fui un alto en tu camino
una razón para escribir tu pena
una prisión en castillo de arena
para tu sed, un trago del olvido...
Yo sólo fui la noche interminable
donde tu piel lloraba desventuras,
mientras mi amor cantaba con dulzura
para volver el fin inalcanzable...
Pero este mar, se transformó en rocío
y mi dolor se fue por las heridas
de un corazón tan frío como el cielo
que comprendió el invierno de la vida.
Yo te amaré el resto de mis días...
El mejor viaje fue la esperanza
desde mi guarida de soles
y sentidos despiertos...
las noches naranjas
los jazmines infinitos
en nubes azules
de presagios dulces...
Abro el libro de la vida,
los mapas del amor
están ausentes...
El canto se escucha
en el corazón…
Paloma herida
celebra lo efímero de todo...
El día no alcanza
en la puerta de tus palabras
en el camino de tu frente
en el campanario de tu pecho...
Soy
una moledora de ríos y arena...
esculpo las estrellas
y las envío
en las alas del ángel...
Esta noche
hay reunión en las sombras
festín de pájaros helados...
emprendo el viaje.
Cuando camines,
Y despeines
los estambres del futuro
¡Piensa en mí
que te amé mucho
con esperanza
con luna incandescente
con vientre de barro sideral...!
"CANCIONES PARA UN ÁNGEL SIN PARAÍSO" (PUBLICADO EN EL AÑO 2011)