viernes, agosto 08, 2014

Noema de los Días Virtuales I

Compartiendo con ustedes, mi vida





Navego
los convites
        vastos y reciclados
flores y ángeles
       contranaturaleza
promesas
para dialogar en silenco
      entre una y millones
y-de tanto en tanto-
alguien no llama
         y alguien no responde
a la algarabía
diseñada y cargada
desde archivos
que  acumulan
y hacen más vacía
esta ausencia.

El fin
    ahora lo sé
es encontrar al dios
y exiliarnos
de estos fracasos
         de la soledad
               y-por si acaso-
nombrar el Todo
    los nombres
          las tragedias
              los milagros
       las cadenas
el mundo mismo
comprenderlo
en un solo acto
de efímera
significación.

Y por estos días
 convulsos
y relativos
en los cuales
falta el amor
falta el pan
y el abrigo se hace
un delgado comentario
de pobre inspiración
de obsesiones rutinarias
        evasiones improvisadas.

Y-de repente-
la belleza flagelada
el arte mutilado
sellado
conscripto
a las filas de tanto  
           colectivoego
auspiciado
declarado
de interés general
por el absurdo.

No,
el amor no se auspicia.
El amor
es un ser privado
de esos controles.
El amor
espera en esa puerta
su propio día
         la estrellita de Homero y Ulises
mis tejidos punto penélope
que caminan el tiempo
mis guisitos calientes
                      y reales
con muchas calorías
y  mágicos sopores
calmarían
la intemperie
devastada por
tantas advertencias.

De todos modos
vamos a callar
algún día.


Mientras,
apago este silencio
y me someto al viento
terrenal y caliente
de estos lados.

Mi amor
            afuera
-tal vez-
me espere.


Sandra López Paz (del libro MINUTAS EN EL BAR TRISTEZA)

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